El uso excesivo de pantallas en niños pequeños ha generado gran preocupación entre expertos en neurociencia y desarrollo infantil. Los estudios recientes señalan que este uso desmedido impacta de forma negativa en el desarrollo de la corteza prefrontal, una región del cerebro clave en la toma de decisiones, la autorregulación emocional y las funciones ejecutivas.
Según el psicólogo Rafa Guerrero, la exposición prolongada a pantallas desde edades tempranas puede alterar la capacidad de concentración y aumentar la impulsividad, afectando el control de las emociones y la planificación. La corteza prefrontal se desarrolla gradualmente en los primeros años de vida, por lo que la sobreestimulación digital dificulta el proceso natural de maduración de esta zona cerebral, esencial para habilidades como la memoria de trabajo y la toma de decisiones conscientes.
Amanda Céspedes, neuropsiquiatra infantil, también advierte que el uso temprano y prolongado de dispositivos no solo afecta la estructura cerebral, sino también el desarrollo socioemocional. Ella explica que los niños necesitan experiencias sensoriales y sociales directas, como el juego libre y la interacción cara a cara, para desarrollar empatía, habilidades sociales y capacidad de autorregulación emocional. La interacción con pantallas, que ofrece gratificación inmediata, fomenta un comportamiento
adictivo que puede alterar los sistemas de recompensa del
cerebro, generando dependencia y dificultades para desconectarse de estos dispositivos.
Para mitigar estos efectos, ambos expertos recomiendan reducir el tiempo de pantalla, especialmente en niños menores de cinco años. Céspedes sugiere que antes de esa edad no deberían utilizarse dispositivos digitales como entretenimiento, y que incluso entre los 6 y 12 años, el uso debe limitarse a un máximo de dos horas diarias, distribuidas entre actividades educativas y de ocio. Por su parte, Guerrero resalta la importancia de fomentar
actividades que involucren la creatividad, el movimiento y la interacción social, como alternativas más saludables para el desarrollo cognitivo y emocional.
Además, para contrarrestar los efectos adictivos y estimular el desarrollo cerebral saludable, se proponen estrategias como fomentar el juego no estructurado, actividades artísticas y musicales, y ofrecer un entorno rico en interacciones humanas.
Estas actividades favorecen la maduración de la corteza prefrontal y las funciones ejecutivas, además de fortalecer las conexiones emocionales entre los niños y sus cuidadores.
En resumen, la clave para prevenir los efectos negativos de las pantallas en el cerebro infantil radica en establecer límites claros, ofrecer alternativas enriquecedoras y
proporcionar un entorno que promueva el juego, la creatividad y la interacción humana. Estas medidas no solo protegerán el desarrollo cognitivo y emocional de los niños,
sino que también ayudarán a prevenir el surgimiento de comportamientos adictivos y dificultades en la autorregulación emocional.
Referencias:
- https://webdelpsicologo.com/entrevistas/rafa-guerrero-el- abuso-de-las-pantallas-puede-afectar-a-las-funciones-
ejecutivas-cerebrales/
- https://www.eldinamo.cl/pais/2023/04/14/amanda- cespedes-neurosiquiatra-infantil-las-pantallas-pequenas-
provocan-un-dano-tremendo-a-los-ninos/
- https://www.neurocienciasaplicadas.org/post/ c%C3%B3mo-afectan-las-pantallas-en-el-desarrollo-de-los-
-
ni%C3%B1os
- https://www.grupoeducar.cl/noticia/amanda-cespedes-las- tecnologias-digitales-estan-cambiando-el-cerebro-y-la-mente-
de-los-chicos/
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